lunes, 15 de noviembre de 2010

todos pueden aprender a dibujar

Una de las cosas más fenomenales que Dios me ha permitido aprender y cultivar es el dibujo. Es genial poder expresarse libremente a través de dibujos, líneas y trazos. La sola idea de imaginarse algo y plasmarlo en un papel es muchas veces satisfactorio. Y gracias a Internet he conocido artistas impresionantes y he aprendido muchas cosas también que difícilmente habría podido aprender por otro medio.
En una ocasión estaba conversando con un amigo en mi oficina. El vió un dibujo que había hecho en un cuaderno y me preguntó, “¿Cómo haces para dibujar?” Procedió a copiar el dibujo sin mucho éxito. Luego conversamos cortamente que el saber dibujar es algo innato, que algunos nacen sabiendo y otros jamás podrán hacer una línea recta en toda su existencia.
Lo cual es mentira. Todos pueden dibujar.
“Oh, por favor, Jaime,” dirá alguno. “No te imaginas lo terrible que son mis intentos de dibujo. ¡Ni siquiera podía copiar las pinturas rupestres en el colegio!”
Les aseguro que pueden aprender a dibujar. Es en serio. De verdad. Tengo evidencia de que sí se puede y se los voy a mostrar.
Aquí.
Quiero que observen detenidamente ese dibujo. Es un retrato. Bueno, es vagamente un retrato. Si me cruzara con la persona representada es un poquito improbable que me detenga y diga, “Hey, te he visto en algún lado.”
Ahora quiero que miren este otro dibujo. Aquí.
Caramba, ¡ese sí es un retrato! Facciones reconocibles, proporciones bien cuidadas, ¡qué linda sonrisa! Toda la inocencia de un niño. ¿Te gustaría poder dibujar así? Seguro que sí, ¿verdad? Pues bien, te diré un secreto.
Ambos dibujos fueron hechos por la misma persona.
El primero fue hecho antes de tomar un curso de dibujo, para ser testigos del “Antes” y el “Después” del aprendizaje. La diferencia es a todas luces impresionante.
El curso duró solo una semana.
Ahora, si te ofrecieran un curso de sólo una semana que podría cambiar así de radicalmente tu habilidad de dibujar, ¿lo tomarías? Ah, te preguntarás cuánto costará tan fabuloso curso, y la verdad es que no lo sé. Las imágenes que les acabo de mostrar provienen de un libro que comenta estas cosas. El libro se llama “Secrets to Drawing Realistic Faces” (“Secretos para Dibujar Rostros Realistas”) y cuesta alrededor de $16 en Amazon. La autora del libro hace dibujos para la policía, dibujando rostros en base a las descripciones que hacen las personas a fin de capturar a malhechores de quienes no hay evidencia fotográfica. Ella imparte estos cursos para personal de la policía y otras personas más, incluyendo niños.
Este libro me enseñó muchas cosas. Si buscan un poco por Amazon y Google verán que todos hablan y recomiendan altamente este libro y yo no soy la excepción.
Quisiera poder compartirles lo que he aprendido, pero lo más probable es que termine transcribiendo todo el libro. Sólo me limitaré a comentarles algunas cosas que encontré muy instructivas. Sé que hay otros libros muy buenos con otros métodos, pero es el único que tengo por el momento y es realmente bueno.
¿Por qué algunas personas pueden dibujar y otras no?
Esta es una pregunta muy interesante. Algunas personas parecen dibujar con facilidad cualquier cosa — pero esto no es del todo cierto. Exceptuando aquellas que han seguido estudios formales (o profundizado autodidácticamente), estas personas con “habilidad innata” no siempre pueden dibujar cualquier cosa.
- Pueden dibujar muy bien una flor, pero no pueden dibujar un caballo.
- Pueden dibujar un perro y un gato, pero no pueden dibujar una pistola.
- Copian muy bien a Garfield y sus amigos, pero no pueden dibujar una bicicleta o un automóvil.
- Te dibujan una caricatura extremadamente hilarante del profesor, pero tienen dificultades con las manos.
¿Qué significa esto? Que el concepto de “algunas personas pueden dibujar bien y otras no” es errado. Aún las personas que dibujan bien tienen sus áreas débiles donde dibujan con la aptitud de una persona que “no sabe dibujar.”
La clave a todo esto empieza con una premisa muy sencilla: saber dibujar es saber observar.
Mira cómo observo
Algunos afirman que el dibujo se trata de cierta coordinación ojo-mano, pero esa destreza la puede desarrollar cualquiera, como lo es aprender a mover el mouse de la computadora o pelar papas. No, saber dibujar es saber observar lo que tienes delante tuyo y plasmarlo en un papel. Del mismo modo, no saber dibujar es no saber observar.
Noten esto:


El dibujo hecho en base al modelo real del ojo es, a todas luces, incompleto. La persona que hizo este dibujo tenía toda la información necesaria para dibujar el ojo, pero el resultado no fue el esperado. El primer obstáculo que le impide hacerlo es no saber observar.
Percibiendo Percepciones
El segundo obstáculo es lo que llamamos percepciones. Miren esto:


Nuestro cerebro conoce ya la forma de la letra “A” y nos informa que es, simplemente, varias letras “A.” Lo notable es que esta letra está representada con fuentes diferentes, pero aún así reconocemos que se trata de la “A.” Nuestro cerebro reconoce la forma en base a una percepción, un patrón almacenado en nuestra memoria. Esto es importante: el cerebro no evalúa cada forma, cada curva y línea para luego discernir, “Es una A.” Le bastan ciertas formas básicas para hacerlo. De lo contrario, tendríamos que volver a aprender cada letra cada vez que la veamos.
Probemos un ejercicio interesante, quiero que observen la siguiente palabra y NO lean lo que dice. Sólo quiero que observen cada forma y curva como si fuesen manchas en el papel. NO LEAN LO QUE DICE.


Imposible, ¿verdad? Ese es el poder de la percepción. Nuestro cerebro no puede evitar reconocer la palabra y notificárnosla. “Elefante, Elefante,” nos dice. Otra cosa curiosa es que nuestro cerebro no lee letra por letra sino que observa la palabra entera y reconoce el patrón “Elefante.” Pero no vamos a profundizar más, ya hemos visto suficiente. ;)
Entonces, el segundo obstáculo para poder dibujar bien es la percepción.
¿Cómo es esto un obstáculo? Cada uno de nosotros tiene un gigantesco conjunto de percepciones sobre el mundo que nos rodea. La letra “A” es uno de ellos, como lo es la palabra “Elefante,” el rostro de tu mejor amigo o un logotipo famoso. Mientras mejor y más detallada sea nuestra percepción, mejor podremos dibujar. Una mala percepción nos impide poder dibujar bien.
Si volvemos a observar el dibujo del ojo, el dibujante estuvo impedido de poder trazar un ojo realista porque lo único que dibujó fue la percepción grabada que tenía de un ojo. Es una simplificación donde se conoce que hay un iris dentro de un ojo y una ceja encima, pero la forma, proporciones y detalles se encuentran ausentes — y aún teniendo toda la información necesaria a plena vista, la falta de observación hace que el resultado sea un mal dibujo.


Percepciones comunes de Ojos, Narices y Boca

Ahora ya conocemos los dos motivos principales. Para aprender a dibujar tenemos que hacer entonces dos cosas:
1) Aprender a observar correctamente
2) Reemplazar las percepciones antiguas por nuevas, más precisas
Hacer esto es más difícil que lo que suena. No se puede simplemente “observar bien” y mágicamente dibujar como un maestro. Toma tiempo, pero no es tanto tiempo como imaginas. En serio. Obviamente, mientras más tiempo le dediques, más vas a aprender. La principal dificultad para poder observar bien es que hay demasiada información, y nuestro cerebro no sabe por dónde empezar. Las percepciones se irán reemplazando solas mientras vayamos observando y captando la verdadera forma de lo que nos rodea.
Como todo en la vida, todo mejora con la práctica. Hay que ser bastante dedicados. Nunca es tarde para aprender, así tengas 21 o 50 años. Que tu edad no te limite, simplemente coge un lápiz e inténtalo. Será un poco frustrante al principio, como lo es aprender a manejar la bicicleta, pero poco a poco se va cogiendo práctica.
Si tienes hijos, la mejor forma para que aprendan a dibujar es que quieran hacerlo. Estimúlalos a dibujar a sus personajes favoritos, a copiar las cosas que ven, a pintar con témperas, plumones, lo que esté a la mano. Si conoces a alguien que sepa dibujar, pídele que les enseñe. Los niños buscan un rol a seguir, un ejemplo para imitar. Si ven a una persona que dibuja bien, es probable que también se animen a intentarlo. Nunca los obligues, y si no muestran mucho interés, está bien.
Y no olviden divertirse. :)

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